Las autoridades tailandesas podrían llevar a cabo una operación de deportaciones masivas de trabajadores ilegales en ese país si no cumplen con un plazo límite de regulación que afectaría a 1 millón 500 mil personas entre las cuales 160 mil proceden de Camboya. Bangkok extendió el plazo más allá del 14 de diciembre, pero dicho aplazamiento no permitirá que tantas personas normalicen su situación legal en el reino con tiempo.
Las autoridades tailandesas aseguraron a la prensa ayer que la norma es un ataque frontal en contra del problema de tráfico humano y la explotación de trabajadores extranjeros.
Por su parte, diferentes asociaciones de obreros en Camboya han expresado que para muchas personas no hay otra opción que buscar mejores oportunidades de empleo en el vecino país en donde un hombre puede obtener un sueldo mensual de 200 dólares, un aproximado de 6 dólares por día, mientras que en Camboya un obrero de la construcción puede obtener algo menos de la mitad. A esto se suma que un camboyano necesita invertir un valor de 250 dólares para obtener su propio pasaporte, es decir, 3 veces su salario mínimo, lo que ánima la emigración ilegal hacia Tailandia.