La gobernación de Nom Penh previno que las últimas honras fúnebres al asesinado y popular líder político Kem Ley no podrían ser utilizadas como un motivo político y ordenó que durante el transporte del féretro hacia la Provincia de Takeo, 70 kilómetros al sur de la capital, los acompañantes debían hacerlo sólo en vehículos. Pero el gobierno local parece que no se da cuenta de lo que sucede: los camboyanos se unen a un dolor silencioso por la muerte de un hombre que estaba representando una voz de esperanza.

El feretro de Kim Ley es llevado desde la pagoda capitalina hasta su aldea natal en Takeo. Se trataba de un líder que estaba representando el sentir de la gente. Foto cortesía ChhonLong Hor.