Cuando usted observa con atención su fotografía y si usted no conoce bien la historia que hay detrás de este anciano, usted piensa en un hombre honorable, quizá en uno de esos viejos sabios de oriente que conoce los secretos de la existencia. Su rostro está siempre en alto y su mirada brillante parece no conectarlo con lo que representa: uno de los lugares más lúgubres del siglo XX, al cual todos se refieren con un código, que en otro tiempo significó muerte. La prisión S-21, Santibal o Tuol Slang. Sigue leyendo